Entrevistamos a Elia Hermida, Relationship Manager Corporate Banking en CITI.
Elia ¿qué te animó a participar en este programa de Junior Achievement?
He participado varios años como jurado y también como voluntaria del programa de Miniempresas representando al banco en el que trabajo, Citi, que colabora muy activamente con la Fundación Junior Achievement. Me sorprendió mucho desde el principio este programa, por la ilusión con la que participan los alumnos, por lo completo y práctico que es y todas las materias que abarca, y también por el gran nivel de los proyectos presentados.
¿Qué te ha parecido lo más atractivo de la dinámica de trabajo?
Creo que este programa ayuda a los alumnos a trabajar en muchos de los valores y competencias que actualmente son indispensables en el mundo laboral y que no siempre se trabajan en el programa de estudios habitual: emprendimiento, innovación, trabajo en equipo, creatividad, liderazgo… Es una manera de aprender divirtiéndose, experimentando y con un producto y proyecto real y visible, que hace que todo lo que aprendan no se les vaya a olvidar nunca. Los grupos que llegan a la final española van a conocer a equipos de otros colegios y ciudades. Y el que llega a la final europea podrá convivir con grupos de otros países. En fin, van a conocer mucha gente nueva y a trabajar también sus habilidades de hablar en público, y en inglés. Para los alumnos es una experiencia única, irrepetible e inolvidable.
¿Qué supone para ti como voluntaria colaborar con este programa?
Me ha encantado estar en contacto con jóvenes estudiantes y ver lo ilusionados que estaban con sus proyectos, ver cómo los grupos unidos habían conseguido superar las distintas dificultades durante el camino, cómo se habían repartido las diferentes funciones dentro del equipo y se respetaban los unos a los otros. El año pasado fui a la clase a explicarles cómo funciona una cuenta de pérdidas y ganancias, y fue muy gratificante ver cómo este año entendían y ponían en práctica los conceptos económicos aprendidos gracias a este proyecto.
El programa ya ha entrado en las últimas fases. ¿Qué te ha llamado más la atención a lo largo de las sesiones?
Me ha sorprendido muy positivamente ver el nivel que tenían muchos de los proyectos, sobre todo para ser el primer año que participa el colegio. He visto mucho esfuerzo, trabajo, motivación e ilusión en los alumnos y en los profesores liderados por su profesor, Joaquín. La labor de los profesores es fundamental, porque no es fácil implementar un proyecto así en estos cursos en los que los alumnos tienen muchas materias. Requiere mucho tiempo extra también de los profesores y saber motivar a sus alumnos. Ojalá llegue alguno de los proyectos a la final!
¿Qué crees que has podido aportar como profesional a los jóvenes “miniempresarios” de tu equipo?
Al ser el primer año que participaban, les he podido orientar sobre los principales puntos que debían trabajar en el informe, cómo debían explicar de manera clara y concisa su producto, que intentaran diferenciarse de la competencia y diseñar una estrategia de marketing. Y que no perdieran de vista lo importante que es la viabilidad económica de la empresa.
A nivel personal, ¿qué ha supuesto esta experiencia de voluntariado?
El año pasado fui al colegio Virgen de Mirasierra (soy también madre del colegio) para contarles el programa y animarles a participar. Tanto Joaquín (el profesor de Economía) como los alumnos mostraron un interés y una ilusión máxima desde el principio y fue una gran alegría ver que este año iban a participar. Como voluntaria con varios años de experiencia en el mundo laboral, es una gran experiencia volver a las aulas, retomar el contacto con profesores y jóvenes estudiantes y muy gratificante ver lo bien preparados que están y el espíritu emprendedor de estas nuevas generaciones.
¿Repetirías?
¡Por supuesto!. Llevo ya dos años participando como voluntaria en el proyecto y no deja de sorprenderme que cada año hay más nivel.