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Camino a la Escuela

Alumnos del IES Montevil de Gijón acudieron con los voluntarios de BBVA del programa “La Ventajas de permanecer en el colegio” a ver el documental “Camino a la escuela” como colofón de esta actividad en el centro educativo.

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Jackson tiene 11 años y vive en Kenia. Dos veces al día él y su hermana menor caminan 15 kilómetros a través de la sabana poblada de animales salvajes para llegar a la escuela. Al igual que él, Carlitos recorre más de 18 kilómetros diarios a caballo en la Patagonia argentina, Zahira camina 22 por los caminos del Atlas marroquí y Samuel, que no puede andar por una discapacidad, empuja su silla de ruedas a través de caminos, ríos y otros obstáculos hasta llegar al colegio cada día en India.

Estos cuatro niños son los protagonistas de “Camino a la escuela”, un documental que narra la historia real de estos pequeños estudiantes, que viven en cuatro puntos muy distantes de la tierra, pero que comparten las mismas ganas de aprender.

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Samuel, por ejemplo, sueña con ser médico, y Jackson quiere convertirse en piloto de líneas aéreas, aunque saben que nunca lo lograrán sin una formación adecuada.

Todos ellos son conscientes de que ésta es la llave para mejorar su futuro, saben  que la educación significa obtener más tarde un trabajo que les permita ocuparse de su familia y ayudar a los demás, y por ello ven la escuela como un regalo que tienen que aprovechar.

Un mensaje que caló entre los alumnos del Instituto de Educación Secundaria Montevil de Gijón, que acudieron a ver este documental junto a los voluntarios de Junior Achievement, Ana Busto, Mar Salinas y Miguel Salmerón.

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Estos tres empleados de BBVA acaban de implementar el programa “La Ventajas de permanecer en el colegio” en este centro, un proyecto cuyo objetivo es, precisamente, que los alumnos tomen conciencia de la importancia de continuar con sus estudios, al tiempo que les muestra las habilidades, actitudes y cualidades necesarias para su inserción académico laboral.

“Ha sido una experiencia maravillosa”, comenta Miguel Salmerón, “las sensaciones con las que me quedo son agradables y provechosas al mismo tiempo, por lo que puedo decir que el resultado ha sido positivo al 200%”.

A lo largo de cinco semanas, Ana, Mar y Miguel, estuvieron volcados con los 14 estudiantes del curso de diversificación que recibieron este programa. “Yo repetiría sin pensarlo”, afirma Ana sobre su actividad de voluntariado, “se trata de un proyecto que merece realmente la pena, y es con lo que me quedo”.

Una iniciativa a través de la cual han podido mostrar la importancia de la educación para el futuro de los jóvenes. Un privilegio que no siempre está al alcance de todos y que, al igual que los protagonistas de “Camino de la escuela”, hay que saber aprovechar.