La Generación Z, a la que pertenecen los nacidos entre 1994 -2010, es considerada la primera generación 100% nativa digital. Sus miembros han crecido en un mundo de máxima innovación tecnológica, donde el acceso a la información es inmediata y las redes sociales están cada vez más omnipresentes.
Esta revolución tecnológica tiene su cara y su cruz. Como aspectos positivos encontramos el fácil acceso a la información, lo que provoca que los jóvenes sean más proactivos y protagonistas de su aprendizaje. En el lado opuesto, esta constante exposición a la tecnología les convierte en la generación más solitaria y con un menor desarrollo de sus habilidades sociales.
Que este generación sea capaz de desarrollar aquellas habilidades y competencias que les van a permitir tomar acción y decisiones de futuro, se torna esencial.
4 Motivos por los que la educación emprendedora es importante para la Generación Z
1. La educación en emprendimiento permite a los jóvenes prepararse ante un futuro laboral incierto
Según el informe The future of Jobs realizado por el World Economic Forum, la mitad de los trabajos actuales serán automatizadas en 2055, lo que generará responsabilidades y desafíos completamente nuevos para los futuros empleados.
El 85% de los trabajos que existirán en 2030 aún no se han inventado, y “más de un 25% de los empleos se verán afectados por la automatización y el 50% requerirá poner en práctica nuevas habilidades, incluso cuando el puesto de trabajo siga siendo el mismo”, según se recoge en el informe realizado por el Royal Bank of Canada.
Los estudiantes de Educación secundaria y Bachillerato que participan en programas de emprendimiento, como por ejemplo en el programa “miniempresas” de la Fundación Junior Achievement España, no solo se prepararan mejor para su futuro laboral, tal y como recoge el estudio Future Workforce Strategy en el que se afirma que “desarrollar las soft skills en las organizaciones aumenta la productividad en un 12% y ofrece un retorno de la inversión del 250%”, sinoque además se consigue que se sientan capaces de lanzar iniciativas que tengan un impacto sostenible en nuestra sociedad.
2. El emprendimiento ayuda a los jóvenes a encontrar su propósito en la vida
A través de la educación emprendedora, los estudiantes aprenden a dar respuesta a una necesidad real de su entorno y a crear valor a partir de sus intereses. Se dan cuenta del potencial que tienen y de sus capacidades para generar un cambio. Se motivan y se reconectan con el sistema educativo, ya que estas experiencias emprendedoras les permiten explorar en profundidad sus intereses, preguntarse por qué las cosas son así y no de otro modo, reflexionar sobre cómo deberían o podrían ser, y analizar qué podrían hacer ellos o qué podrían aportar para lograr esa transformación.
Al tener un propósito sólido, los estudiantes pueden abordar el proceso de aprendizaje con mucha más flexibilidad, libertad y diversión.
3. La educación emprendedora les ayuda a desarrollar su pensamiento crítico y fomenta su confianza
A través de los programas de emprendimiento que se imparten en las aulas, los voluntarios y docentes piden a los estudiantes que piensen en soluciones que estén más allá de lo visible.
Secundaria y Bachillerato son dos etapas educativas en las que los estudiantes comienzan a cristalizar su visión del mundo y su filosofía de vida, empiezan a cuestionar lo que les rodea, desarrollando su faceta más crítica. La formación emprendedora ayuda a los estudiantes a tener una mentalidad de crecimiento, sin importar mucho sus diferencias en cuanto a la visión del mundo, fomentando la idea de que las habilidades y la inteligencia se mejoran con el tiempo y el esfuerzo, en lugar de ser fijas.
4. La formación en emprendimiento genera un cambio radical en la adquisición de habilidades no cognitivas o softskills
Según se recoge en el estudio de impacto realizado por la Fundación Junior Achievement España en colaboración con la Universidad de Murcia, el fomento de oportunidades emprendedoras y el desarrollo de habilidades no cognitivas prepara mejor a los jóvenes para su futuro acceso al mercado laboral.
A continuación se muestran algunos de los resultados obtenidos por aquellos estudiantes de entre 15 y 18 años que han creado su propia empresa tras su participación en el programa de Junior Achievement “miniempresas”:
- Incrementa la probabilidad de querer estudiar en la universidad entre los alumnos repetidores de curso en un 33%.
- Incrementa la probabilidad de querer trabajar por cuenta propia en un 36%.
- Incrementa la identificación de los estudiantes con cualidades cruciales para el bienestar personal y social: imaginación (23%), perseverancia (21%), trabajo duro (18%), postergación de recompensas (29%).
- Reduce en un 20% las ausencias injustificadas a clase.
- Mejora en aproximadamente un 37% los niveles de perseverancia ante tareas que carecen de motivación intrínseca.
- Incrementa la proporción de jóvenes que ayudan en el negocio familiar sin compensación económica en un 14%.
- Incrementa la proporción de jóvenes con empleo en un 15%.
- Multiplica por 1,2 la proporción de jóvenes con empleo y contrato indefinido.
Recordemos que los jóvenes que forman parte de la llamada Generación Z serán los líderes del mañana, y que cada vez más graduados optan por el camino del emprendimiento vs un trabajo como asalariado en una empresa como se concibe hoy en día. Si queremos que los jóvenes tengan un impacto sostenible en nuestra sociedad debemos darles las herramientas necesarias no solo para mejorar sus vidas sino para dejar una huella de la que se puedan beneficiar las futuras generaciones.
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