Por Cristina Blanco Iglesias, participante programa YUZZ
El miércoles pasado, los Yuzz Madrid tuvimos la oportunidad de contar con la presencia de David Molina, Head of Marketing Western Europe de MasterCard. Fue una conferencia en abierto y en retransmitida por streaming, lo que permitió que todo aquel que estuviera interesado pudiera venir libremente, y quien quisiera seguirla desde casa, pudiera hacerlo desde el canal livestream, donde además ha quedado grabada.
David, decidió que en esta ocasión no solo no se iba a valer de un soporte técnico que acompañara y complementara su presencia, si no que ese día nos llevaríamos de sus conocimientos y experiencias exactamente aquello que quisiéramos aprender. De manera que simplemente se puso delante de nosotros, y nos hizo una breve introducción acerca de su recorrido profesional, con la intención de contextuarnos y que nos hiciéramos una idea de lo que podíamos obtener de él. A continuación, dijo algo así como “preguntadme todo aquello que queráis saber, si lo sé, os responderé encantado”.
Tímida pero rápidamente, se levantó la primera mano, y a ella le siguieron muchas más, durante algo más de una hora y media. Detrás de cada una de ellas, había una pregunta de un emprendedor con toda la atención posible centrada en el ponente y, como siempre, dispuesto a absorber como una esponja.
Una de las cosas con las que más rápidamente me quedé y que considero que es muy representativo de la idea del marketing es que este juego no se trata de lo que nosotros vendemos, si no de lo que la gente compra. No es acerca del producto en sí, es acerca de todo lo que acompaña al producto y de cómo el cliente lo percibe y, en consecuencia, le hace sentir adquirirlo.
Una de las asistentes preguntó muy acertadamente cuáles podrían considerarse los pilares básicos del marketing, a lo que David respondió: “la publicidad, la comunicación, el precio, la calidad y el modo de distribución, todo ello aderezado con mucho SENTIDO COMÚN”.
Más adelante, añadió que algunos componentes que contribuyen a construir el marketing son: el nombre y la marca, en los que debemos pensar detenidamente, hacerlos atractivos, dar imagen internacional (si tenemos interés en traspasar las fronteras) y marcar la diferencia; la definición del segmento de clientes, ya que, como dijo él, la idea de que nuestro producto o servicio es para todo el mundo es un error de planteamiento, y finalmente, el canal. El modo en que cada uno de nosotros llegamos a los clientes, comentaba David, requiere hacer una tarea de investigación casi constante acerca de dónde están, qué hacen, qué consumen, cómo lo hacen, y especialmente, qué quieren y qué necesitan.
En estos momentos de crisis, hablar de marketing low cost era casi obligado, tema en el que David quiso dejar claro que no debemos percibir el marketing como un coste, sino como una inversión. Resaltó que la era digital en la que vivimos hoy en día nos permite hacer un marketing mucho más asequible, pero que la esencia está en reinventarse y ser estratégico, en INNOVAR. Hay que sorprender a la gente, hacer ruido en las redes sociales, conseguir que hablen de ti, y si es a través de una plataforma que tú proporcionas, mejor que mejor. Esto te permitirá conocer más fácilmente qué es lo que la gente piensa de ti, y podrás bien, reforzar esa opinión si es positiva, o bien, intentar conseguir que quien te percibe negativamente cambie su visión. Implícale, invítale a conocer el interior de tu empresa (fidelízale), pero eso sí, nunca le censures.
Finalizo con una idea en relación con lo que he comentado al principio, cómo conseguir que el cliente te perciba como un servicio o un producto de calidad. Muy simple, se reduce a tan solo una cosa, la credibilidad. Educa al consumidor (le gusta sentirse inteligente), esfuérzate por generar confianza, sobrevende, pero no mientas, “las cosas no son lo que son, cuando el consumidor las compra, si no lo que parecen”.
La verdad es que respondió a muchas más preguntas, a cual más interesante, de modo que os animo a que veáis la conferencia, no tiene precio.