BERLÍN, DÍA 2: ASÍ FUE LA FINAL
Los estudiantes del equipo alemán y su miniempresa “Rauteck” consiguen el primer premio de la XXVI competición europea de miniempresas.
El equipo alemán, Rauteck, posa orgulloso con el primer premio
Fue un día cargado de nervios y emociones. Los 37 equipos participantes defendieron hasta el final sus respectivos proyectos, pero fueron los alumnos alemanes los que impactaron al jurado con Rautek, una miniempresa dedicada a fabricar abrebotellas y bolsos a partir de cinturones de seguridad reciclados.
“Ganar la competición europea de miniempresas es algo que nos hace sentir inmensamente orgullosos”, comenta Hannah Dietrich, miembro del equipo de Rautek. “Este programa ha significado mucho para nosotros. No sólo hemos crecido como equipo, si no que hemos evolucionado hasta crear una gran compañía que esperamos que prospere en el futuro”.
El equipo de No Cold en su stand de la feria con su tutora, Beatriz Lucaya
No son los únicos que piensan así, los alumnos de No Cold, felices por haber tenido la oportunidad de participar en esta competición europea resumían así su experiencia en miniempresas: “Hay un antes y un después de miniempresas. El programa nos ha demostrado que, aunque seamos inexpertos en materia de emprendimiento, somos capaces de hacer lo que nos propongamos, sólo hay que lucharlo y esforzarse. Esto es una experiencia única que se nos va a quedar grabada para siempre”.
El equipo irlandés con su miniempresa "Guide a Key"
Lo mismo nos contaban los estudiantes irlandeses, para quienes este programa les ha hecho desarrollar “una serie de habilidades fundamentales como la comunicación o la creatividad”, o el equipo italiano, que asegura haber vivido “una experiencia increíble en la que hemos aprendido a dar soluciones auténticas partiendo de la vida real”.
Los estudiantes del equipo italiano "Marmelli"
El segundo y tercer premio recayeron en los equipos de Letonia e Israel, mientras que el Reino Unido, Alemania e Irlanda, se hicieron con los galardones de Citi, FedEx y Metlife, respectivamente.
Una reñida competición en la que todos los equipos participantes presentaron grandes ideas bajo un sólido proyecto empresarial. “Tomar una decisión es algo que resulta muy complicado, porque entran muchos elementos en juego a la hora de puntuar, y tenemos muy poco tiempo para ello”, comenta Amadeo Petitbò, patrono de la Fundación Rafael del Pino y uno de los nueve miembros del jurado esta XXVI competición europea.
El escenario, justo antes de las presentaciones
Un programa en el que en este último curso han participado más de 275.000 estudiantes de toda Europa, aprendiendo a construir y montar una empresa desde el principio y hasta su liquidación final. Un proyecto que prepara a los jóvenes para su futuro fomentando en ellos el espíritu emprendedor y las ganas de superarse a sí mismos.